16 junio 2008

La carne: el oreo

Desde muy antiguo, existe la costumbre de dejar las canales después de la matanza, expuestas a la intemperie, colgadas en lugares frescos y ventilados, donde permanecen varias horas para que la masa muscular adquiera las características organolépticas de la carne.

Efectivamente, recién muerta la res, el músculo constituye un alimento insípido, duro, viscoso; en cambio, una vez madurado, el músculo hecho ya carne aparece blando, jugoso, sápido y de buen comer.

El Oreo.

Inmediatamente después de la matanza, los músculos aparecen palpitantes, conservan todavía vitalidad en sus fibras. Al tacto son blandos, aunque resultan duros a la masticación. Poco a poco aumentan su consistencia, se inmovilizan y, por último, alcanzan un estado de rigidez en el que característicamente aparecen duros, acortados, como en una contracción intensa, es la rigidez cadavérica o "rigor mortis".

En el matadero, la rigidez cadavérica aparece al cabo de unos 15 minutos, empezando primero en los músculos de la cabeza y siguiendo por los del cuello, tronco y, por último los de las extremidades. El tiempo invertido oscila entre las 6 y las 10 horas, dependiendo de factores como la temperatura o la humedad del ambiente, o el estado nutricional o de reposo-ejercicio del animal antes de la matanza.:

- Estado de reposo de la res, se recomienda matar las reses tras 24-48 horas de descanso, en estas condiciones la rigidez tarda más tiempo en aparecer, pero dura más.

- Edad y sexo, la rigidez aparece, en general, más pronto en las carnes de reses jóvenes y de las hembras.

- Estado de salud, tétanos, envenenamientos por estricnina, alcohol, veratrina,..., determinan una rápida aparición de la rigidez; el mal rojo del cerdo, la caquexia, la septicemia,..., retrasan la aparición de la rigidez. Los músculos escaldados no presentan rigidez.

La rigidez cadavérica dura varios días en función de factores como la temperatura de conservación; en el caso de carne de vaca, necesita varias semanas a -1,5ºC, 15 días a 0ºC o tan sólo un día a 43ºC.

Otro cambio importante que se produce durante el oreo es la deshidratación, la pérdida de agua. En la deshidratación de las carnes, influyen más que la naturaleza de las mismas, las condiciones atmosféricas, particularmente temperatura y ventilación, del local de almacenamiento. La evaporación de agua depende directamente de la presión de vapor de agua en la atmósfera y de la velocidad de difusión del mismo a partir de la superficie de oreo.

El principal efecto de la deshidratación es la pérdida de peso. Aunque es dificil valorar con exactitud las pérdidas por deshidratación, se admite una merma del 2-3 % en las 12 primeras horas y del 4-5 % en los 15 primeros días. Sometida a la acción del frío y en función del tiempo, las pérdidas dependen de la especie animal, la crasitud, la vejez, el tamaño de la pieza, el número de cortes, la ventilación y la humedad de la cámara, etc.

Dificultan la pérdida de agua, y por tanto, reducen la merma de peso, la crasitud, la vejez o la flacura marcada. La capa de grasa que recubre el músculo, impermeabiliza la superficie de evaporación reteniendo el agua en la trama muscular y haciendo la carne más jugosa. Sin embargo, un exceso de grasa impide un correcto enfriamiento de todo el músculo favoreciendo el desarrollo bacteriano.

La pérdida de agua, y de peso, también es escasa en las reses de mucha edad o marcadamente flacas; sin embargo, resultan carnes coriáceas, duras de masticar y dificiles de digerir, ello es debido a que el contenido inicial de agua también es menor.

Por el contrario, el número y amplitud de las superficies de corte favorecen la evaporación de agua. Una canal troceada presenta muchas superficies de evaporación y pierde gran cantidad de agua, mucha más que la canal entera, ya que todos los cortes transversales en los músculos contribuyen a resecar la carne.

Al tiempo que se producen estos cambios externos, internamente el músculo madura, se dice que se hace carne. Efectivamente, recién muerta la res, el músculo constituye un alimento insípido, duro, viscoso; en cambio, transcurridos 1-2 días conservado a baja temperatura, se hace blando, jugoso, sápido y de buen comer.

Los hechos más importantes que ocurren en la masa muscular que permiten explicar estos cambios son:

- exudaciones intersticiales

- reblandecimiento de la masa total.

Al principio, al ser comprimidos, los músculos dejan salir muy poca cantidad de serosidad rosácea, se dice de ellos que "no dan jugo". Esta serosidad no es otra cosa que el agua contenida en la fibra muscular y que se filtra a través del sarcolema. Con el paso del tiempo y bajo la influencia de esta exudación, el tejido muscular sufre una auténtica maceración en su propio jugo, y se transforma en una masa pastosa, sin consistencia, pero más tierna y grata al comer. A este fenómeno se le conoce como autolisis, autodigestión o simplemente, "oreo".

Al parecer, en la maduración intervienen grupos encimáticos, existentes ya antes del sacrificio del animal aunque en estado latente, y que se activan tras la muerte. También se admite la actividad de ciertas bacterias aromáticas como productoras de sustancias sápidas en la carne oreada.

La presencia de tejido conjuntivo, también influye en la maduración de la carne. Cuando el tejido conjuntivo se enfría, presta tenacidad y dureza a los músculos, pero con la autolisis se gelatiniza en parte, perdiendo tenacidad. En la madurez completa, pierde hasta el 50% de su tenacidad.

La importancia de la maduración se explica diciendo que pasa al estado soluble hasta el 12% de la masa muscular y una parte de la albúmina solubilizada se convierte en peptona, ahorrando trabajo a la digestión estomacal.

Mecanismo bioquímico.

Tras la muerte del animal, con la interrupción de la circulación sanguínea, cesa el aporte de oxígeno al músculo, con lo que la respiración aerobia se detiene. Se produce entonces la glicolisis anaerobia, mediante la cual el glucógeno se transforma en ácido láctico en lugar de CO2 y agua como ocurría en el proceso aerobio.

Aunque la fosfocreatina suministra algo de ATP, las cantidades proporcionadas por la glicolisis anaerobia son netamente inferiores a las obtenidas por la respiración aerobia y son del todo insuficientes para compensar las pérdidas resultantes de su hidrólisis por la ATPasa sarcoplasmática con lo que rápidamente se agota.

Por otra parte, el descenso del pH producido por la formación de ácido láctico inhibe diversos encimas, especialmente la fosforilasa. Ello origina que la glicolisis se detenga aunque no esté totalmente agotada la reserva de glucógeno.

En definitiva, desciende primero la producción y luego el contenido en ATP de la fibra muscular. Ya en ausencia de ATP, la actina y la miosina se unen irreversiblemente como actomiosina, y se produce el "rigor mortis".

Por otra parte, se produce una agregación de proteínas debido al descenso del pH y a la propia formación de los enlaces entre la actina y la miosina. Ello es debido a que se producen cambios en las cargas y las configuraciones de las proteínas del músculo y, cerca de su punto isoeléctrico (entorno al pH 5,5), las cadenas proteicas tienen tendencia a aproximarse y formar un conjunto casi cristalino; esto motiva un descenso de la capacidad de retención de agua, lo que influye negativamente en la textura de la carne.

A medida que la carne envejece, su dureza se atenúa y mejora la extractibilidad de las proteínas musculares por soluciones salinas, así como la capacidad de retención de agua. Esta maduración, no parece deberse a una ruptura de los enlaces establecidos entre la actina y la miosina, sino a la separación de los filamentos de actina de la línea Z debido a las modificaciones iónicas (ver la contracción del músculo esquelético) o a la acción de encimas como las catepsinas liberadas de los lisosomas por el descenso del pH.

La maduración de la carne está acompañada por diversas reacciones como la oxidación de los lípidos, que pueden dar origen a olores indeseables, o la formación de nucleótidos, amoníaco, sulfuro de hidrógeno, acetaldehido, diacetilo o acetona que, dentro de unos límites, son favorables para el sabor y el aroma final.





Fuentes.:
D.C. Cheftel y H. Cheftel. Introducción a la bioquímica y tecnología de alimentos. Vol. 1. Ed. Acribia, 1983.
C. Sanz Egaña. Enciclopedia de la carne. Ed. Espasa-Calpe, 1967.

06 mayo 2008

Contracción del músculo esquelético


Organización celular del músculo esquelético.

Las células del músculo esquelético son sumamente largas y multinucleadas. Su membrana plasmática se denomina sarcolema y consiste en una auténtica membrana celular rodeada de una capa de material polisacárido rico en fibras de colágeno.

En la mayoría de los músculos, las fibras se extienden por toda su longitud; en su extremo, la capa superficial del sarcolema se funde con una fibra tendinosa; estas fibras tendinosas a su vez, se agrupan en haces formando el tendón muscular.


Una gran parte del volumen de las células musculares lo ocupan sus elementos contráctiles, las miofibrillas, que aparecen dispuestas en haces paralelos al eje de contracción. Estas miofibrillas están suspendidas en el sarcoplasma, que es el fluido intracelular de la célula muscular y que contiene glucógeno, enzimas glucolíticos y productos intermedios, ATP, ADP, AMP, fosfato, fosfocreatina y electrolitos inorgánicos como potasio o magnesio, además de varios aminoácidos y péptidos.

También encontramos suspendidos en el sarcoplasma gran cantidad de mitocondrias, especialmente en los músculos de actividad continua como los músculos responsables del vuelo de aves o insectos. En estos músculos también hay gran cantidad de citocromos y mioglobina, de ahí que se denominen frecuentemente músculos rojos. Las células musculares contienen también un retículo endoplasmático muy diferenciado, denominado retículo sarcoplasmático, que está íntimamente ligado a las miofibrillas.

Una micrografia electrónica de la sección longitudinal de una miofibrilla nos muestra gran cantidad de detalles estructurales. Existe un patrón que se repite cada 2,3 micras más o menos, que se denomina sarcómero y es la unidad funcional de la miofibrilla. En esta unidad se distinguen bandas más claras y bandas más oscuras alternas; las claras se denominan Bandas I y son isotrópicas a la luz polarizada; mientras que las oscuras se denominan Bandas A y son anisotrópicas a la luz polarizada. A su vez, las bandas I están atravesadas por una línea densa transversal que se denomina línea Z. La porción central de las bandas A es menos densa que el resto de la banda y se denomina zona H. La parte de miofibrilla que aparece entre dos líneas Z sucesivas es lo que se llama sarcómero.

La micrografía electrónica de la sección transversal de la miofibrilla nos descubre la distribución molecular del sarcómero, mostrando que existen dos clases de filamentos que se interdigitan entre sí lo que determina el bandeado en zonas claras y oscuras descrito. La banda I contiene sólamente filamentos delgados mientras que la zona H contiene solamente filamentos gruesos; el resto de zonas contiene tanto filamentos delgados como filamentos gruesos. Los filamentos más gruesos contienen miosina mientras que los filamentos más finos contienen actina, tropomiosina y troponina.

La ultraestructura de la célula muscular, nos muestra también que el sarcolema presenta numerosas invaginaciones tubulares, que atraviesan la célula cerca de las lineas Z de las miofibrillas. Este complejo sistema de tubos se denomina sistema T, y relaciona físicamente el sarcolema con el retículo sarcoplasmático.

Características moleculares de los filamentos contráctiles.

Cada fibra muscular contiene entre cientos y miles de miofibrillas que, a su vez, contienen unos 1500 filamentos de miosina y 3000 filamentos de actina, que son los polímeros proteicos responsables de la contracción muscular.

El filamento de miosina está formado por cerca de 200 moléculas de miosina, constituídas cada una de ellas por 6 cadenas polipeptídicas: dos cadenas pesadas (aprox. 200.000 daltons) y cuatro ligeras (aprox. 20.000 daltons). Las dos cadenas pesadas presentan una conformación alfa-helicoidal, enrollándose además entre sí para formar una espiral doble. En su extremo, ambas cadenas están plegadas en una masa proteínica globulosa que denominamos cabeza; el resto de la espiral de miosina lo denominamos cola. Asociadas a la cabeza de miosina aparecen las cadenas ligeras.

Las colas de las moléculas de miosina aparecen agrupadas entre sí para formar el cuerpo del filamento de miosina, mientras que las cabezas cuelgan hacia el exterior por los lados de este cuerpo. Acompañado a la cabeza, se proyecta una parte de la espiral de miosina, que se denomina brazo, y que es el que lleva la cabeza fuera del cuerpo. Al conjunto de brazo más cabeza que sobresale del cuerpo se le denomina puente cruzado, y se cree que cada uno de ellos es flexible en dos puntos llamados bisagras, uno en el sitio donde el brazo se une al cuerpo del filamento y otro en el punto en el que las dos cabezas se unen al brazo. Por último, señalar que cada grupo de puentes cruzados se encuentra separado axialmente del anterior 120 grados, lo que asegura que, en un filamento de miosina, todos los puentes cruzados se extienden en todas las direcciones alrededor del mismo.

Hay que destacar la capacidad de la cabeza de miosina para actuar como un enzima ATP-asa. Esta propiedad permite a la cabeza desdoblar el ATP y emplear la energía derivada en el propio proceso de contracción.

El filamento de actina está constituído por tres componentes diferentes: actina, tropomiosina y troponina. La actina es una proteína que se encuentra en dos formas, actina G (globular) y actina F (fibrosa). La actina G es un monómero que, en determinadas condiciones, se polimeriza a actina F que aparece enrollada en forma de hélice doble. La tropomiosina está constituída por dos cadenas polipeptídicas alfa-helicoidales, que forman una hélice de dos hebras de unos 40 nm de longitud. Por su parte, la troponina, es una proteína globular constituída por 3 subunidades cada una con una función específica: subunidad fijadora de calcio (TN-C), que puede fijar hasta 4 iones de calcio lo que modifica su estructura; subunidad inhibidora, que se une específicamente a la actina para inhibir la interacción de ésta con los puentes cruzados de miosina (TN-I); y subunidad fijadora de tropomiosina (TN-T).

El cuerpo principal del filamento de actina lo forma la doble hélice de actina F. Asociadas a este filamento aparecen las dos proteínas reguladoras, la tropomiosina y la troponina. La primera de éstas se dispone en las ranuras de los filamentos arrollados de actina F, de tal forma que cada molécula está en contacto con sólo uno de los dos filamentos de actina F. La segunda proteína reguladora, está fijada al filamento de actina por dos centros de unión, uno específico para una hebra de actina y otro específico para una hebra de tropomiosina. A lo largo de un filamento de actina se encuentra una molécula de troponina cada 40 nm, aproximadamente la misma periodicidad que la de las moléculas de tropomiosina. Lo que supone que, por cada siete monómeros de actina G, existe una molécula de tropomiosina y otra de troponina.

El proceso de contracción.

Los cambios observados en la estructura de un sarcómero que pasa de un estado relajado a un estado de contracción, nos permiten establecer que la contracción muscular tiene lugar por un proceso de deslizamiento de los filamentos. Efectivamente, en estado relajado, los extremos de los filamentos de actina que derivan de dos discos Z sucesivos, apenas se solapan entre sí, aunque sí se superponen a los de miosina. Por contra, en un estado de contracción, los filamentos de actina se desplazan entre los de miosina, solapándose tanto más cuanto mayor sea la intensidad de la contracción, de forma que se acorta la distancia entre los discos Z consecutivos.

Lo que provoca ese deslizamiento de los filamentos de actina sobre los filamentos de miosina es la fuerza generada por la interacción de los puentes cruzados de miosina sobre el filamento de actina. En condiciones de reposo, estas fuerzas están inhibidas, pero cuando un potencial de acción viaja por la fibra se produce la liberación de gran cantidad de iones calcio que activan las fuerzas entre los filamentos y dá comienzo la contracción. También es preciso que exista energía, ésta se obtiene a partir de la hidrólisis del ATP.

Cuando un impulso nervioso, procedente de un nervio motor llega a la placa neuromuscular, produce la despolarización del sarcolema y, casi simultáneamente, el sistema T transmite el impulso al retículo endoplásmático finamente en contacto con los sarcómeros. Como consecuencia, se produce un escape de iones calcio de las cisternas del retículo sarcoplasmático que inunda el sarcoplasma provocando la interacción entre los filamentos de actina y de miosina y, paralelamente, la hidrólisis del ATP que libera su energía. Mientras continúen llegando impulsos nerviosos al sarcolema, el calcio permanece en el sarcoplasma y mantiene al músculo en contracción.

Cuando cesan los impulsos nerviosos, el sarcolema recupera su polarización y permeabilidad original. Ello se transmite también, a través del sistema T, al retículo sarcoplasmático. El calcio presente en el sarcoplasma es entonces transportado al interior de las cisternas del retículo sarcoplasmático. Este es un proceso contra gradiente de concentración en el que también se consume energía, que procede de la hidrólisis del ATP.

Aunque se desconoce el mecanismo bioquímico exacto por el que el calcio activa el proceso de contracción se cree que en el músculo en reposo, los sitios activos del filamento de actina se encuentran inhibidos, o mejor dicho, escondidos tras el complejo troponina-tropomiosina. Cuando se produce la entrada de iones calcio, éstos se combinan con la troponina C produciendo en ésta un cambio conformacional que dobla la banda de tropomiosina, desplazándola hacia una región más profunda de la fibra de actina, de este modo se descubren los sitios activos del filamento de actina. Es entonces cuando las cabezas de los puentes cruzados de los filamentos de miosina son atraídas hacia esos sitios activos de la actina, produciéndose la contracción.

Aunque también se desconoce el mecanismo exacto en que esa interacción provoca la contracción, existe una hipótesis, "la teoría de la cremallera de la contracción", que tiene bastantes pruebas a favor. En ella se postula que la unión de la cabeza de miosina a un sitio activo del filamento de actina, causa cambios profundos en las fuerzas intramoleculares de la cabeza y el brazo del puente cruzado que hacen que la cabeza se incline hacia el brazo, arrastrando con ella al filamento de actina. En todo este proceso se consume energía que es proporcionada por el ATP.

La cabeza de miosina puede funcionar como un enzima ATP-asa, lo que significa que puede desdoblar la molécula de ATP y emplear la energía derivada del fosfato. Antes de la contracción la cabeza de miosina se une a una molécula de ATP, desdoblándola en ADP y Pi, que quedan unidos a la propia cabeza del puente cruzado.

Con la entrada del calcio, se anula el efecto inhibitorio del complejo troponina-tropomiosina, quedando al descubierto los sitios activos de la actina.

Es entonces cuando la cabeza de miosina se une al filamento de actina, lo que provoca el cambio de conformación de la cabeza que la inclina hacia atrás, hacia el brazo del puente cruzado. Esta inclinación de la cabeza se denomina "impulso de fuerza", y es el que va a tirar del filamento de actina.

Una vez que se inclina la cabeza se libera el ADP y el Pi, que hasta el momento permanecían unidos a la misma, y una nueva molécula de ATP se une al sitio de liberación del ADP. Esta unión hace, a su vez, que la cabeza se desprenda del sitio activo del filamento de actina. Entonces el ATP es desdoblado a ADP y Pi, que quedan unidos a la cabeza de actina. La energía liberada de este proceso permite enderezar de nuevo la cabeza del puente cruzado, recuperando su dirección perpendicular normal. En esta posición se puede combinar con un nuevo sitio activo del filamento de actina más alejado, que produciría una nueva inclinación o impulso de fuerza que desplazaría una vez más al filamento de actina.

De esta forma las cabezas de los puentes cruzados irían inclinándose adelante y atrás, y etapa por etapa, tirarían del filamento de actina.








Fuentes.:
- Guyton, Arthur C. Tratado de Fisiología Médica. Ed. Interamericana-McGraw-Hill, 1991.
- Lehninger, Albert L. Bioquímica, Las bases moleculares de la estructura y función celular. Ed. Omega, 1982.
- www.ilustrados.com "Troponina, marcador bioquímico de daño al miocardio"

14 abril 2008

Pediculosis

Tradicionalmente asociados con áreas de bajo nivel socioeconómico, en la actualidad se constata que la infestación por piojos es un problema ampliamente distribuido en todas las clases sociales.

La pediculosis es una afección cutánea producida por la infestación con piojos. El piojo es un insecto parásito, hematófago, con una gran especificidad por el huésped, lo que hace que los piojos de una especie no afecten a otra.

ETIOLOGÍA.

El hombre puede ser parasitado por tres tipos diferentes de piojos que habitan en distintas zonas del cuerpo (Ver Piojos):

- el "Pediculus humanus capitis" que se localiza en la cabeza,

- el "Pediculus humanus corporis" que se localiza preferentemente en la zona del cuello, en las axilas y debajo de la zona del cinturón,

- y el "Phthirus pubis" localizado preferentemente en la zona genital.

EPIDEMIOLOGÍA.

- Pediculosis de la cabeza.

Producida por el "Pediculus humanus capitis", afecta sobretodo a colectivos (colegios, campamentos,...), siendo más frecuente en individuos de raza blanca y sexo femenino. El parásito se localiza preferentemente en la zona de la nuca y detrás de las orejas.

Debido a la escasa supervivencia tanto del piojo como de sus liendres fuera de la cabeza, los peines, cepillos, así como la ropa común, suelen tener poca importancia en la transmisión de esta parasitosis. Es necesario el contacto directo de las cabezas, de aquí que sean los niños en edad escolar, el grupo en el que su diseminación es mayor, siendo entre los 5-12 años el grupo de edad más frecuentemente afectado.

Los meses de mayor infestación se corresponden con los del inicio del curso escolar, acumulándose un 43 % de los casos entre septiembre y octubre, decreciendo en los meses siguientes, para repuntar en los meses de febrero y marzo.

El índice de infestación de la población escolar en Europa oscila entre 1-20 %; en España esa prevalencia varía aún más, de un 1 % en algunas comunidades a un 60 % en otras. En un estudio realizado por Warner Wellcome en España durante 1993-1994, el 61,4 % de 6003 escolares de 1-10 años de edad, estuvo expuesto al contagio; de ellos, un 14,8 % resultaron infestados, lo que supone una presencia de infestación del 9,1 % de la población escolar, siendo en la población femenina más elevado que entre los niños, esta diferencia no es explicable por la mayor longitud del cabello, por lo que es posible algún tipo de susceptibilidad de carácter fisiológico según sus autores.

- Pediculosis del cuerpo.

Está producida por el "Pediculus humanus corporis", afecta con mayor frecuencia a personas que viven en malas condiciones higiénicas. Parasita la zona del cuello, la situada debajo del cinturón y las axilas. También entre las costuras de la ropa y, en general, en los lugares donde existe presión. Se transmite mediante el intercambio de ropa infestada o por contacto personal.

- Pediculosis del pubis.

Producida por el "Phthirus pubis", se presenta mayoritariamente en individuos con edades comprendidas entre los 15-19 años. En este grupo es más frecuente en mujeres; pasada esta edad, sucede lo contrario. Se localiza preferentemente en el área genital, pudiendo emigrar a pestañas y otras localizaciones corporales. Tal y como ocurre con el "P. h. corporis", se transmite por intercambio de ropa infestada o por contacto personal.

DIAGNÓSTICO.

- Pediculosis de la cabeza.

Sólo puede hacerse por la inspección minuciosa del cabello en búsqueda fundamentalmente de los huevos o liendres, sobretodo en la zona de la nuca y en las zonas retro auriculares.

Mediante el cepillado con un peine mil púas y la posterior colocación de éste sobre una superficie blanca, permite observar a los piojos como pequeñas motas de color rosa o marrón. Los huevos o liendres tienen un aspecto similar a la caspa, pero se diferencian de ésta en que quedan pegadas al pelo y producen un chasquido cuando se aplastan entre las uñas.

- Pediculosis del cuerpo.

El piojo del cuerpo se puede encontrar en las costuras de la ropa interior o en las zonas citadas anteriormente. Sobre la piel se pueden observar pequeños puntos rojos producidos por la picadura del parásito que, generalmente, van acompañados de marcas lineales de rascado, urticaria o incluso infecciones bacterianas superficiales.

- Pediculosis del pubis.

Un signo de infestación por el piojo del pubis es la diseminación de pequeñas manchitas de color pardo oscuro en la ropa interior en contacto con la zona. Debe buscarse cuidadosamente en todas las dermatosis pruriginosas de la región ano-genital.

MANIFESTACIONES CLÍNICAS.

- Pediculosis de la cabeza - Pediculosis del cuerpo.

Los síntomas dependerán del grado de parasitación y del estado de sensibilización del individuo.

El prurito o picor es el síntoma principal, que será más acentuado en las zonas más parasitadas, como la nuca o la zona retro auricular.

La causa de éste prurito es la sensibilización alérgica provocada por las proteínas contenidas en la saliva que el parásito inocula al picar. En una primera picadura, al no existir una sensibilización previa, no hay reacción cutánea. Sin embargo, al repetirse ésta, se produce la combinación de los anticuerpos generados en la fase anterior con las proteínas de la saliva, lo que provoca una reacción local de tipo retardado que se manifiesta con inflamación, edema y prurito. Con una nueva exposición, se produce una reacción cutánea inmediata, en pocos minutos aparece una pápula, que desaparece a la media hora, aunque reaparecen las lesiones más tarde al persistir la reacción retardada. Si persiste el estímulo, permanece la reacción cutánea inmediata, mientras que se atenúa o desaparece la retardada. Finalmente en una última fase, el individuo alcanza un estado de desensibilización total en el que no existe reacción cutánea ni inmediata ni retardada.

Puede aparecer también fiebre así como dolores musculares, sobretodo en pantorrillas. Las lesiones por rascado son frecuentes, así como las infecciones secundarias a las mismas. Los piojos pueden infectar al hombre con estafilococos o estreptococos, que causan impétigo. La infección suele limitarse a la epidermis superficial y provoca la formación de ampollas y costras, pero puede también afectar a toda la economía y causar glomerulonefritis cuando es de origen estreptocócico.

Excepcionalmente puede aparecer la "plica palómica" que es una especie de casco piloso duro y maloliente bajo el cual se encuentran numerosos parásitos. Todo ello en conjunto, puede determinar la alteración y caída del cabello.

Además de esta sintomatología, el "Pediculus humanus" juega un papel importante en la transmisión de algunos microorganismos productores de enfermedades.:

* "Rickettsia prowazekii" y Tifus exantemático epidémico. El piojo adquiere las ricketsias al picar a un hombre infectado; éstas se multiplican en las células epiteliales del intestino medio del piojo, lisándolas y liberándose gran cantidad de ellas que salen con las heces. El hombre, que es el reservorio principal, se puede infectar por diversos mecanismos; depósito de heces sobre la piel rascada y dañada, aplastamiento del piojo sobre la piel o, más raramente, por vehiculización de las heces con los dedos contaminados a través de la vía bucal, conjuntival o inhalación por vía aérea. En todo caso, el piojo es infectante a partir de las 48 horas de adquirir la ricketsias, muriendo 12-14 días después de adquirir la infección, pero las ricketsias sobreviven aún durante semanas en el piojo muerto.

En el hombre, la ricketsia produce el tifus exantemático epidémico; el cuadro clínico se inicia 10-14 días después de la picadura y comienza con fiebre alta, escalofríos, dolor de cabeza, dolor articular y malestar general. A los 4-7 días, aparece un exantema maculopapular que se inicia en el tronco y se extiende rápidamente a las extremidades. Al mismo tiempo aparecen signos de afección cerebral como estupor o somnolencia, también es frecuente la afección renal y cardíaca. Si no se procede a un tratamiento adecuado, la muerte puede ocurrir en un 5-50 % de los casos, según la edad del paciente.

Existe una forma recidivante de tifus epidémico, es la enfermedad de Brill-Zinsser, que se observó en individuos que ya habían sufrido la enfermedad y años después volvían a presentar el mismo cuadro clínico, aunque de forma mas atenuada.

Actualmente el tifus exantemático epidémico se observa solamente en zonas limitadas de Asia, Centro y Sudamérica y África.

* "Borrellia recurrentis" y Fiebre recurrente epidémica. El piojo adquiere las borrelias al picar al sujeto enfermo, éstas se multiplican en la hemolinfa o cavidad general, no invadiendo nunca las glándulas salivares. El piojo es infectante 4-5 días después de ingerir la borrelia y así continuará toda su vida. Cuando un piojo infectado pica a una persona sana, la picadura en sí no es infectante, la transmisión se produce en este caso por el aplastamiento del piojo en la zona de picadura o rascado, lo que permite la salida de hemolinfa contaminada y la penetración de las borrellias por las erosiones de la piel.

En el hombre, a la semana de la picadura del piojo, aparecen fiebre, escalofríos, dolor de cabeza, dolores musculares, tras los que comienzan síntomas derivados de la afectación de varios órganos internos, siendo frecuente la hepatomegalia y la esplenomegalia. Los síntomas generales desaparecen a los 10 días y, tras un período apirético, se produce una recurrencia reapareciendo de nuevo todos los síntomas. Pueden aparecer hasta 3 o más recidivas, aunque en éstas los síntomas suelen ser más débiles y los episodios febriles cada vez más cortos.

Si no se realiza una adecuado tratamiento, la mortalidad puede alcanzar hasta un 20 % de los afectados.

* "Rochalimnaea quintana" y Fiebre de las trincheras, Fiebre Quintana o Fiebre de Wolhynia. En ésta el curso de la enfermedad es benigno y parecido al tifus exantemático epidémico. El proceso suele durar unos 5 días y, tras otros 5 días apiréticos, se inicia un período de hasta 10-15 recidivas.

Pacientes menores de 2 años o casos de dermatosis por rascado, deben acudir al médico debido al riesgo de infecciones bacterianas secundarias, entre las que, además de las estreptocócicas, podrían llegar a producirse tifus epidémico, fiebre de las trincheras o fiebre recurrente.

Las personas que matan los piojos triturándolos entre los dientes y deglutiéndolos, no suelen contraer tifus exantemático ni fiebre recurrente porque el contenido gástrico los destruye. Sin embargo, una infección de las amigdalas por "Pasteurella pestis" en indios sudamericanos se atribuye a su hábito de destruir piojos entre los dientes. Pasteurella se ha cultivado de los piojos de personas que sufrían la peste, aunque los microorganismos no permanecen infectivos dentro del piojo durante mucho tiempo.

- Pediculosis del pubis.

En el caso de la pediculosis del pubis, el síntoma capital es, de nuevo, el intenso prurito debido a la sensibilización alérgica. Le acompañan escoriaciones producidas por el rascado, que pueden acompañarse de piodermia, linfadenitis y episodios febriles.

A veces, aparecen las "maculae caerulae" que son unas manchas de color azulado, indoloras, de 1 cm de diámetro aproximadamente, no pruriginosas, localizadas bajo el abdomen y los muslos. Surgen por una reacción específica del huésped a la saliva del insecto.

Se ha descubierto "Treponema pallidum", el agente etiológico de la sífilis, en ladillas de individuos con esta afección, y hay algunas pruebas de la transmisión de enfermedades venéreas por ladillas, sin embargo, no son convincentes. Realmente hasta ahora, no se ha descubierto que transmita ninguna enfermedad.

TRATAMIENTO.

- Pediculosis de la cabeza - Pediculosis del cuerpo.

En general, los pediculicidas sólo deben utilizarse cuando la infestación haya sido diagnosticada, debiendo realizarse el tratamiento tanto a la persona afectada como a los familiares que convivan directamente.

No es conveniente realizar tratamientos preventivos sin una justificación clara de posible contagio, debido por un lado, a los efectos secundarios que en cada caso producen los pediculicidas y por otro, a la posible aparición de resistencias a los mismos. La mejor forma de prevenir es el lavado frecuente del cabello con un champú normal, la limpieza de utensilios (peines, cepillos, etc.) evitando el compartirlos y, sobretodo, revisar con frecuencia el cabello para instaurar cuanto antes el tratamiento.

Para la elección de un pediculicida, no solamente hay que considerar los criterios de eficacia, sino también la posible toxicidad de los principios activos, lo que podríamos sintetizar en:

* Piretrinas. Debido a su potente actividad y baja toxicidad son consideradas tratamiento de primera elección. Son insecticidas que actúan sobre el sistema nervioso provocando al piojo una intensa agitación seguida de una parálisis general. Tiene poca actividad liendricida, lo que obliga a un retratamiento 7 días después. Aunque son consideradas inofensivas para el hombre, pueden producir dermatitis y otros cuadros alérgicos.

Las piretrinas naturales proceden del "Chrisanthemum cinerarifolium"; a partir de éstas se han desarrollado algunos derivados sintéticos entre los que cabe destacar la permetrina, la fenotrina, la bioaletrina y la tetrametrina. Se suelen utilizar en forma de loción, aerosol o champú al 1 %, frecuentemente asociadas a un sinergista, el butóxido de piperonilo, que potencia su acción liendricida.

Aunque se considera que su toxicidad es nula para el hombre, sus propiedades alergénicas son destacables, pudiendo producir dermatitis y otros cuadros alérgicos. Se ha visto que puede aumentar el enrojecimiento, la inflamación, el ardor y las erupciones del cuero cabelludo que normalmente acompañan a la infestación. Se acepta su uso precautorio durante el embarazo y en niños menores de 2 años se debe realizar el tratamiento bajo control médico.

* Organofosforados. Son el tratamiento alternativo; activos por contacto, actúan mediante la inhibición no competitiva e irreversible de la colinesterasa. Posee efecto tanto sobre los piojos adultos como sobre las liendres. Por su actividad anticolinesterásica pueden producir en el hombre bradicardia y vasoconstricción en caso de intoxicación por lo que debe controlarse su uso.

Destacan el malatión, el paratión, el fentiol o el dibrón, siendo el malatión el más utilizado y considerado el pediculicida de acción más rápida. Se emplea en forma de loción al 0,5 % o champú al 1 %. El cloro del agua lo inactiva, por lo que una vez aplicada la loción, hay que esperar al menos 72 horas antes de bañarse en una piscina. El principal inconveniente de su uso tópico es la liberación de compuestos sulfidrilos malolientes en su hidrólisis.

Por su efecto irritante y su posible absorción, ha de evitarse el contacto con las mucosas (digestiva, respiratoria o conjuntival) y, aunque se considera uno de los organofosforados menos tóxicos, tratamientos prolongados pueden producir irritación de la piel. No se recomienda su uso en menores de 2 años, y durante el embarazo, a las dosis utilizadas, el riesgo teratogénico es improbable, aunque no hay datos suficientes para descartarlo.

* Hidrocarburos clorados. Durante muchos años fueron los únicos productos utilizados, hoy en día no se suelen recomendar, debido a su alta toxicidad, escasa acción ovicida y poca efectividad sobre ninfas de segundo y tercer estadío. Se absorben por contacto a través de la cutícula del insecto, por ingestión o por inhalación; y actúan tanto sobre el sistema nervioso central como el periférico, provocando inicialmente estimulación y luego depresión, para finalmente producir parálisis neuromuscular. Los compuestos organoclorados deben emplearse con el rigor y la exactitud que marcan las pautas terapéuticas en relación a su concentración ya que la sobredosis puede dar lugar a absorción cutánea y provocar efectos secundarios como nerviosismo, pérdida de sueño o vértigo.

Abandonado el DDT, el único comercialmente disponible es el lindano. Suele emplearse en forma de loción al 0,1-1 % o champú al 1 %, asociado a otros productos efectivos contra las liendres.

Puede producir erupciones cutáneas, por lo que se debe evitar el contacto con la cara ojos y mucosas. Está contraindicado en casos de alergia, embarazo, menores de 2 años o ancianos. Se excreta en la leche materna, por lo que no se aconseja su uso durante la lactancia. Tampoco debe emplearse en caso de padecer enfermedades con crisis convulsivas.

* Carbamatos. Son activos por contacto, actuando mediante inhibición encimática competitiva e irreversible de la acetilcolinesterasa. Aunque su acción es menos intensa que la de los organofosforados. Unos y otros, poseen una potente acción pediculicida y ovicida, aunque su toxicidad es mayor que las de las piretrinas. El más utilizado es el carbaril, generalmente en forma de champú o loción al 0,5 % o en spray pulverizable al 0,25 %.

* Benzoato de bencilo. Se emplea asociado a otros pediculicidas (organoclorados) debido a su potente acción ovicida. Si se emplea sólo debe hacerse como máximo al 25 %, por ser muy irritante, pudiéndose diluir en una parte de agua en niños o en tres de agua en lactantes. El tratamiento debe repetirse a las 24 horas sin lavarse previamente. Puede provocar dermatitis y sensación inicial de quemadura.

* Butóxido de piperonilo. Se emplea asociado fundamentalmente a piretrinas, para potenciar su acción ovicida.

Tan importante como seleccionar un principio activo adecuado es hacer lo propio con la forma farmacéutica idónea en cada caso. La loción o la solución son las formas de primera elección, porque con ellas se asegura un mayor tiempo de contacto con el parásito en el cuero cabelludo, con lo que el grado de penetración en las liendres será mayor, por lo que tendrá un mayor poder ovicida.

No obstante, no son muy aconsejables en niños muy pequeños, por el riesgo de absorción, ni tampoco en asmáticos, por el riesgo de crisis asmática. Por otra parte, hay que recordar que las soluciones hidroalcohólicas pueden provocar escozor si existen lesiones por rascado o dermatosis. En estos casos es preferible las soluciones acuosas o los champúes.

El cabello no debe ser lavado antes de la aplicación de la loción, ya que la grasa facilita la fijación del principio activo. Al aplicar la loción, mojar perfectamente el cabello y cuero cabelludo, frotando suavemente pero con insistencia, especialmente en la nuca y detrás de las orejas, cubriendo después la cabeza con un gorro de baño (no usar toallas porque absorbería el producto) manteniéndolo 6-8 horas según el producto.

Transcurrido el tiempo de contacto indicado, lavar el cabello con un champú normal o bien completar el tratamiento con un champú pediculicida. Éste hay que aplicarlo como uno normal, extendiéndolo por toda la cabeza e insistiendo detrás de la nuca y de las orejas, hasta que salga espuma. Después se aclara el cabello y se vuelve a repetir el lavado, esta vez dejándolo actuar durante unos 10 minutos antes de aclararlo de nuevo.

Tras el aclarado con agua, puede realizarse un aclarado final con agua y vinagre (una parte de vinagre y dos de agua) ya que éste ayuda a deshacer la sustancia cementante que adhiere las liendres al cabello. Ello facilita la eliminación de las liendres ya sea con la mano o con un peine mil púas (liendrera).

El secado no debe hacerse con secador, ya que el aire caliente degrada al insecticida, por lo que el pelo debe dejarse secar espontáneamente al aire (sobretodo si utilizamos permetrina).

El tratamiento debe repetirse al tercer o séptimo día según el compuesto empleado, para eliminar totalmente las liendres vivas.

La crema hay que aplicarla después del lavado con el champú habitual, y tras el secado con una toalla. Se deja actuar unos 10 minutos antes de volver a enjuagar con agua. El cabello se deja secar al aire libre, alejado de fuentes de calor. Deberá repetirse el tratamiento al cabo de una semana si fuese necesario.

Los peines, adornos del pelo, etc., deben sumergirse 5-10 minutos en una solución insecticida. La ropa interior, toallas, ropa de cama, etc., debe lavarse con agua caliente, ya que las liendres mueren después de 5 minutos a 51 ºC o 30 minutos a 49 ºC y los piojos a una temperatura algo inferior. El calor húmedo es aún más efectivo, por lo que se recomienda el planchado a vapor o, si es posible, el vapor a presión (autoclave).

Los articulos que no pueden calentarse, se pueden desinsectar guardándolos en una bolsa de plástico hermética durante 15 días. Este método es muy efectivo, porque los piojos mueren en 48 horas cuando se separan del hospedador humano y las liendres mantenidas a temperatura ambiente durante 15 días no se desarrollan.

- Pediculosis del pubis.

En el caso de las ladillas, los preparados más efectivos son las lociones hidroalcohólicas con malatión o carbaril al 0,5 %, que eliminan adultos, ninfas y liendres en sólo unos minutos, pudiendose lavar a la media hora de su aplicación. Las piretrinas, tanto naturales como sintéticas, sólas o asociadas a butóxido de piperonilo, también son eficaces; con la ventaja de su menor toxicidad. El lindano al 1 % puede emplearse manteniéndolo al menos 6 horas antes de lavarse, pero al no tener acción ovicida, se ha de repetir el tratamiento 3-4 veces en el transcurso de 9 días, para asegurar la muerte de las ninfas que eclosionan de los huevos.

Fuentes:

- Pediculosis (piojos). Panorama Actual del Medicamento, Junio 2002. 26 (253): 469-474
- Gómez, V y otros. Protocolos de Atención Farmacéutica: Pediculosis. Farmacia Profesional, Septiembre 2001. 15 (8): 64-72.
- De Carlos Rodriguez, F. La Pediculosis. Revista Española de Pediatría, Marzo 2001. 57 (2): 133-143.
- Bowman & Rand. Farmacología. Bases bioquímicas y patológicas. Aplicaciones clínicas 2ª Edición. Ed. Interamericana, 1985. Pág. 37.21.

04 abril 2008

Piojos

Incapaces de volar o de saltar, los piojos sólo pueden desplazarse de un individuo a otro cuando éstos se ponen en contacto directo. Ello, unido a la poca capacidad de ayuno y a una escasa resistencia a los cambios bruscos de temperatura, hace que exista una gran especificidad por el huésped.

Con el cuerpo aplanado dorsoventralmente, carentes de alas y con tres pares de patas que terminan en uñas poderosas que les sirven para agarrarse firmemente a sus huéspedes, los piojos son insectos parásitos que viven sobre aves y mamíferos.

Como consecuencia de su aplanamiento, los espiráculos aparecen en la pared dorsal del cuerpo. Los órganos sensoriales están poco desarrollados, siendo pequeños los ojos o faltando completamente en algunos casos, y cortas las antenas.

Los piojos pasan toda su vida sobre el huésped, aunque pueden desplazarse de un individuo a otro, en caso de que éstos se pongan en contacto. De esta forma los piojos han pasado de padres a hijos en el nido, o de un miembro de la horda o grupo familiar a otro, pero son poco probables los intercambios entre individuos de otros grupos sociales o de otras especies. Por lo tanto, un tipo de piojos tenderá a permanecer con un determinado tipo de huésped, con lo que su evolución correrá paralela: los piojos de huéspedes filogenéticamente próximos estarán también más emparentados que los piojos de especies evolutivamente alejadas. Un ejemplo lo tenemos con los piojos del hombre, están mucho más próximos a los piojos de otros primates superiores que a los piojos de los roedores. En este sentido, los piojos han ayudado a determinar relaciones filogenéticas entre distintos grupos de aves, un ejemplo citado a menudo es el de los flamencos. Estas aves podrían parecer más próximas a cigüeñas que a los patos, sin embargo, sus piojos sugieren que están más emparentados a estos últimos.

Todos los piojos son aparentemente similares y algunos entomólogos los sitúan en un sólo orden, el de los Ftirápteros (Phtiraptera). Sin embargo, otros entomólogos, entienden que las similitudes son debidas a su forma de vida y, haciendo hincapié en las diferencias de las piezas bucales distinguen dos órdenes separados: los Malófagos (Mallophaga) y los Anopluros (Anoplura).

Orden Malófagos (Mallophaga): piojos masticadores o piojos de las aves.

Se llaman piojos de las aves porque se encuentran de un modo casi exclusivo en estos animales, aunque algunas especies infestan también a mamíferos.

Los piojos masticadores de mayor tamaño pueden alcanzar hasta 6 mm de largo, pero la mayoría apenas llegan a la mitad de esa longitud. El cuerpo, aplanado, es muy duro y la cabeza es, comparativamente grande. No existen ocelos y los ojos compuestos son reducidos; las antenas son pequeñas, de 3-5 artejos, a veces están escondidas debajo de la cabeza. Piezas bucales masticadoras.

El protórax está habitualmente diferenciado de los otros dos segmentos torácicos, que pueden estar o no fusionados entre sí. Cada pata tiene una o dos uñas con las que se agarra a su huésped.

Las hembras ponen entre 50 y 100 huevos que cementan a los pelos del huésped. Las ninfas pasan tres etapas antes de alcanzar el estado adulto, 3-4 semanas más tarde.

Los piojos masticadores emplean sus mandíbulas para rascar la piel, alimentándose de fragmentos de plumas, pelos y células epidérmicas desprendidas.

Se conocen unas 2.700 especies de malófagos, aunque probablemente queden por descubrir varios centenares más. Las familias Menoponidae y Philopteridae son las más grandes e incluyen importantes plagas de la volatería, incluyendo el piojo de ástil de las gallinas "Menopon gallinae". La familia Trichodectidae es mucho menor, pero incluye el importantísimo género Damalinia, cuyas especies causan muchas pérdidas entre las ovejas, cabras, vacuno y otros mamíferos de pezuña. Ninguno de los piojos masticadores afecta al hombre directamente.

Orden Anopluros (Anoplura=Siphunculata): piojos chupadores.

Todos los piojos chupadores son parásitos de mamíferos.

Son parásitos pequeños, la cabeza es estrecha, más que la de los piojos masticadores; los ojos están reducidos o ausentes y las antenas son cortas. Las piezas bucales están modificadas para succionar sangre y consisten en una probóscide dentada y tres estiletes. La probóscide se fija a la piel mientras los estiletes la perforan; los movimientos musculares de la faringe obliga a la sangre a ascender por el canal formado por los estiletes. Cuando no están en uso, estos elementos están retraídos dentro de la cabeza.

A diferencia de los piojos masticadores tienen los tres segmentos torácicos fusionados conjuntamente. Las patas terminan cada una en una única uña, articulada de forma que puede apretarse sólidamente con el tarso y asir firmemente el pelo del huésped. La curvatura de la uña y la curvatura del tarso sigue estrechamente a la del pelo del huésped, de forma que algunos piojos son incapaces de asir el pelo de otros especies, e incluso, algunas piojos se limitan a ciertas áreas del animal huésped.

Se alimentan exclusivamente de sangre, que obtienen perforando la piel con sus piezas bucales modificadas.

El ciclo vital es muy similar al de los piojos masticadores, la hembra fertilizada deposita sus huevos o liendres, blanquecinos y operculados, en la base del pelo del huésped; a los 5-15 días, dan lugar a una ninfa, hematófaga, que sufrirá tres mudas hasta llegar a adulto en 2-3 semanas.
Se conocen unas 225 especies de piojos chupadores, aunque posiblemente haya muchas más no determinadas. Las especies más comunes en Europa pertenecen a 5 familias, de las que sólo una parasita a las focas. La familia mejor conocida es la Pediculidae, por incluir las dos especies que parasitan al hombre.

El piojo humano "Pediculus humanus" existe en dos variedades diferentes:

- Piojo del pelo o de la cabeza, variedad capitis, y,
- Piojo del cuerpo o de los vestidos, variedad corporis o vestimenti.

El piojo del cuerpo es, en general, el más grande de los dos y ambas variedades se limitan estrictamente a sus respectivas partes de la anatomía humana.

La otra especie de piojo que parasita al hombre es el piojo cangrejo o ladilla, "Phthirus pubis", y a ésta la encontramos en la región pubiana.

Del resto de los piojos chupadores, los más importantes son los del género Linognathus, que parasita a ovejas, cabras y ganado vacuno.

"Pediculus humanus"

La hembra del piojo de la cabeza tiene una longitud de 2-4 mm, el macho es algo menor. Su cuerpo es alargado, aplanado dorso-ventralmente, de color grisáceo, con los márgenes torácico y abdominal algo más oscuros; aunque suelen adoptar su color al del cabello del huésped. La cabeza es pequeña, los ojos laterales sencillos, las antenas cortas y aparato bucal picador.

El tórax es trapezoidal, aplanado e indiviso; patas fuertes, de 5 segmentos y una única uña terminal. Las de las patas anteriores, son algo más robustas en las hembras, para fijarse sobre el macho durante la cópula.

El abdomen, de contorno oval-fusiforme, posee 9 segmentos poco aparentes y poco quitinizados. Presenta los márgenes ligeramente festoneados. El abdomen de las hembras termina en forma escotada o bilobulada, por la presencia de dos apéndices o gonópodos, situados a ambos lados de la vulva, que le sirven en el momento de la puesta para abrazar a un cabello al que quedarán adheridos los huevos o liendres. El abdomen de los machos termina en forma redondeada y en él se puede apreciar, casi siempre parcialmente evaginado, el aedago u órgano copulador.

El adulto vive, aproximadamente, un mes. Las hembras inician la oviposición a las 24-48 horas de la fecundación y durante su vida, realizan una puesta de 5-8 huevos al día, principalmente por la noche, hasta alcanzar un total de 150-200 huevos (hasta 300 el piojo del cuerpo). De éstos se convertirán en adultos sexualmente maduros, un 60 %, dependiendo de factores como la temperatura ambiental.

Los huevos son depositados uno en cada pelo, a unos 2 cm de la base, fijados por una secreción similar a la del pelo, formando una vaina que abraza el polo inferior del huevo. De ésta forma, el huevo seguirá unido al pelo incluso después de eclosionar, o sea vacío, o encerrando embriones muertos. La vaina del huevo del piojo de la cabeza es corta y se diferencia de la vaina del huevo del piojo del cuerpo porque ésta tiene una muesca en la base del huevo.

Los huevos tienen forma oval de 0,8 x 0,3 mm. Los viables resaltan por su color blanco nacarado. En su polo superior, poseen un opérculo con una serie de prominencias que corresponden a las cámaras aéreas. Éstas son pequeñas y uniformes, y cubren todo el opérculo en el huevo del piojo de la cabeza, mientras que aparecen circunscritas a una zona parcial y excéntrica del opérculo en el caso del huevo del piojo del cuerpo.

La metamorfosis es incompleta. La ninfa o larva se desarrolla dentro del huevo, tardando aproximadamente una semana en completar el estadío. Ello varía según la temperatura, entre un mínimo de 5 días a 36 ºC y un máximo de 15 días a 22 ºC. Por debajo de esta temperatura se suspende el ciclo vital, permaneciendo en estado letárgico no más de una semana. Completado el desarrollo, el embrión introduce sus estiletes en las cámaras aéreas del opérculo y aspira el aire, el cual es expelido por el ano, acumulándose en el polo inferior. Cuando alcanza la presión suficiente, empuja a la ninfa hacia el polo superior, haciendo saltar el opérculo.

Las ninfas libres son de menor tamaño que los adultos y carecen de órganos genitales externos. Inician la alimentación a base de sangre y tras tres mudas, correspondientes a diferentes estadíos ninfales, da lugar a una forma sexualmente madura.

El ciclo vital dura por tanto, un promedio de 17-20 días: 10 días para la incubación del huevo, primera ninfa 4 días, segunda ninfa 3 días, tercera ninfa 2 días y período preovopositor 1 día. A partir de aquí, tras una toma de sangre, están dispuestos para producir huevos durante un mes.

Tanto huevos como formas ninfales o adultos son sensibles a variaciones extremas de temperatura. Pueden vivir entre 15 y 18 ºC, muriendo a más de 40 ºC. A 60 ºC con un elevado grado de humedad mueren en pocos minutos. También son sensibles a las lesiones por rascado, peines, etc., todo ello hace que su parasitación no suela alcanzar los niveles que su ciclo presupondría.

"Phthirus pubis"

El piojo del pubis, conocido como "ladilla", "Papillon d´amoure" o "Mariposa del amor" es muy diferente al que parasita la cabeza, sus hembras sólo miden 1-2 mm de largo por 1 mm de ancho, siendo los machos algo más pequeños. Su cuerpo es por tanto, rechoncho, aplanado y en forma de tonel. Presenta en los bordes abdominales 4 prominencias cónicas provistas de un mechón de pelos apicales o tubos pilosos. Próximos a éstas se encuentran los estigmas respiratorios.

El primer par de patas es fino y con uñas poco desarrolladas, siendo las patas medias y posteriores robustas y provistas de potentes uñas.

El adulto suele permanecer fijo a dos pelos, con el aparato bucal permanentemente introducido en la piel del huésped, cuya sangre succiona intermitentemente. Habitualmente habita la zona del pubis, invadiendo muy raras veces la axila, barba o periferia del cuero cabelludo.

La hembra realiza la puesta de huevos, cementando los mismos a los pelos próximos Pone unas 25-50 liendres a lo largo de su vida. Las liendres son semejantes en tamaño a las de los piojos de la cabeza, diferenciandose por la larga vaina que los fija al pelo, casi del mismo tamaño que el huevo, y por las prominentes cámaras aéreas del opérculo, siendo las centrales más altas que las periféricas. Las primeras ninfas eclosionan a los 7-10 días, alcanzando el estado adulto 14-20 días más tarde.


Fuentes:

M. Chinery. Guía de campo de los insectos de España y de Europa. Ed. Omega, 1980.
Pediculosis (Piojos). Panorama Actual del Medicamento, Junio 2002. 26 (253): 469-474.
La pediculosis. Revista Española de Pediatría, Marzo 2001. 57 (2): 133-143.

25 marzo 2008

La camelia




















Hace más de tres siglos que llegaron, y se convirtieron en la flor más representativa de Galicia.

Existen varias teorías que explican la llegada de las camelias a Occidente; pero, debido a la falta de documentación, ninguna de ellas prevalece frente a las demás.:

- Los viajes de los navegantes portugueses al Este asiático.

- El descubrimiento de Filipinas y los viajes de los españoles a través de la Ruta de Manila.

- Los primeros documentos escritos e ilustrados sobre camelias, se corresponden a anotaciones de navegantes ingleses y holandeses.

En cualquier caso, a Galicia llegan a finales del siglo XVIII o principios del siglo XIX. Debido al alto precio de los ejemplares, las primeras adquisiciones las realizan los propietarios de los grandes pazos de la época. De éste modo, llegan las camelias al Pazo de Quiñones de León en Vigo, traídas desde el vivero de Marqués Loureiro en Portugal. Destacan también las camelias del Pazo de Santa Cruz de Ribadulla, en Vedra (A Coruña) o las de los jardines del Pazo de Oca, en A Estrada (Pontevedra). No menos importantes son las camelias del Castillo de Soutomaior, en Soutomaior (Pontevedra), las del Pazo Torres Agrelo o las del Pazo de Lens.

Ya en el siglo XX, la popularización de la camelia hizo que su cultivo se extendiese paulatinamente a los jardines públicos, generalizándose tras la década de los 50 en fincas familiares y calles de ciudades y pueblos de toda Galicia.

Origen

Fue Georg Josephus Kamel (Camellus), un misionero jesuita, botánico, quién estudió por primera vez plantas de camelia en Filipinas. Natural de Moravia, fue enviado en 1683 a las Marianas y, posteriormente, en 1688 a Filipinas. Es en Manila donde establece una farmacia, la primera en el país, y realiza diversos estudios botánicos de la flora local, escribiendo "Herbarium aliarumque stirpium in insula Luzone Philippinarum" (Hierbas y Plantas Medicinales de la isla de Luzón, Filipinas).

La camelia pertenece a la familia Theaceae que Linnaeus distinguió en dos géneros, "Thea" y "Camellia"; éste último recibe el nombre precisamente en honor a Camellus. Actualmente se considera que las, aproximadamente, 120 especies que componen la familia, pertenecen a un mismo género. Son todas originarias de las regiones tropicales y subtropicales del sudeste asiático, China y Japón.

Descripción

Son arbustos o pequeños árboles de hasta 10 m. de altura. De hojas perennes, coriáceas, de un verde oscuro lustroso en el haz y algo más claras en el envés. Oscilan entre 5-11 cm. de largo y 2,5 - 6 cm de ancho. Son pecioladas, enteras; ovales, alargadas o puntiagudas y de borde entero o ligeramente aserrado.

Las flores son terminales, solitarias o en parejas, generalmente grandes (entre 3 y 10 cm. de diámetro) y pentámeras, es decir con 5 sépalos y 5 pétalos. No obstante, como suele ocurrir con las especies ornamentales cultivadas, tras diversos procesos de selección, se han obtenido híbridos con doble o múltiple corola. Estambres numerosos, unidos en 2/3 de su longitud, que pueden ser visibles o quedar ocultos debajo de la corola. Tiene el gineceo con ovario glabro y estilo trifido.

Su color varía del blanco más puro al púrpura más intenso, pasando por rojo, salmón, amarillo; aunque también pueden aparecer combinadas en el mismo pie o jaspeadas en esas tonalidades.

La diversidad floral generada, permite distinguir diversos tipos:

Simple.: Tiene de 5 a 8 pétalos que rodean a estambres visibles colocados en un círculo central.

Semidoble.: Posee dos o más filas de pétalos lisos o rizados, en número de más de 8, que rodean a estambres centrales.

Doble incompleta.: Presenta numerosos pétalos imbricados; cuando la flor se abre se pueden ver los estambres.

Doble completa.: Numerosas filas de pétalos imbricados, no llegan a verse los estambres cuando la flor se abre.

Anémona.: Una o más filas de pétalos externos que rodean un centro globular formado por estambres y petaloides.

Peonía.: Flor globular con mezcla de pétalos irregulares y petaloides, o de ambos, y estambres.

El fruto es seco y sólo aparece en variedades con flores simples o semidobles con carpelos fértiles, en cápsulas esféricas de unos 3 cm, bi o trilobulado, con una o dos semillas por cavidad.

Especies

Aunque la especie por excelencia es la Camelia japónica existen otras especies cultivadas de gran valor ornamental.

"Camellia japónica".- Es la especie por excelencia, de la que hay más de 3000 variedades. La descripción anterior se centra en esta especie. Algunos de los cultivares más conocidos de C. japonica son "Alba Plena", "Bob's Tinsie", "Chandleri", "Ciudad de Vigo", "Compacta Alba", "Contessa Lavinia Magi", "Dahlonega", "Debutante", "Dona Herzilia de Freitas Magalhaes", "Elegans", "Eugenia de Montijo", "Grandiflora Alba", "Guest of Honor", "Guilio Nuccio", "Hagaromo", "Happy Holidays", "Hawai", "Kramer's Supreme", "Nuccio's Gem", "Oranda-Ko", "Triumphans", etc.

"Camellia reticulata".- La primera camelia reticulata que floreció en Europa, lo hizo en Inglaterra en 1926; enseguida se vió que era diferente a la C. japónica y se la denominó reticulata por la marcada nerviación de sus hojas. Es un arbolillo de hasta 15 m. de altura, de crecimiento más rápido que las japónicas. Las hojas son grandes (de 7,5-11,5 cm. de longitud y 2, 5 - 5,6 cm. de ancho), elíptico-lanceoladas y acuminadas, con el borde aserrado. Las flores también son grandes (hasta 17 cm. de diámetro), solitarias, con un número variable de pétalos, según sean simples o más complejas. Florecen a finales de invierno, más tarde que las japónicas y su color varía del rosa más pálido al rojo más intenso, pero no se han conseguido variedades de color blanco puro. La primera C. reticulata que se trajo de China recibió el nombre de su introductor, "Captain Rawes"; a la segunda también se le dió el nombre del que la trajo, "Robert Fortune". Actualmente casi todas las variedades de C. reticulata que existen en Occidente son híbridos de C. reticulata x C. reticulata o de C. reticulata x C. japónica. Algunos ejemplos de variedades son "Arbutus Gum", "Arch of Triumph", "Bernadette Karsten", "Black Lace", "China Lady", "Dr. Clifford Parks", "Dream Castle", "Francie L.", "Lasca Beauty", "Lila Naff", "Mandalay Queen", "Nuccio's Ruby", "Otto Hopfer", "Royalty", "Terrell Weaver", "William Hertrich", etc.

"Camellia sansaqua".- Procede de Japón, donde más que por su valor ornamental son apreciadas por sus semillas que son utilizadas para la obtención de aceites. Su entrada en Europa es posterior a la de la C. japónica y durante el siglo XIX, se utilizó poco por considerarla menos resistente y con flores de menor categoria. Es un arbusto o arbolillo de hasta 6 m. de altura, muy ramificado y follaje denso. Las hojas son elípticas, con peciolo corto de 3-5 cm. de longitud. Las flores pequeñas, de 5-7 cm. de diámetro, suelen ser olorosas, simples (de 5 a 8 pétalos libres), dobles o semidobles. Los pétalos son ondulados y su color oscila entre el blanco y el rosa más o menos intenso; siendo rara una C. sansaqua de color rojo. Florece en otoño o principios de invierno; produce gran cantidad de flor y gran cantidad de semillas de color negro brillante. Éstas aparecen envueltas en una cápsula con 1-3 cavidades y una semilla en cada una. Las especies C. hiemalis y C. vernalis se suelen incluir dentro de las sansaquas debido a que las diferencias entre ellas son mínimas. A la C. hiemalis se la conoce en Japón como la camelia fría o sansaqua de invierno; la C. vernalis tiene una floración más tardía y flores de colores más ricos (como la variedad "Yuletide", de color rojo). Algunas variedades de C. sasanqua que pueden encontrarse en Galicia son "Baby Jane", "Bert Jones", "Bonanza" (C. hiemalis), "Chojiguruma", "Cotton Candy", "Dazzler" (C. hiemalis), "Flamingo", "LittlePearl", "Miss Ed", "Narumigata" (en algunos sitios clasificada incorrectamente como C. oleifera), "Rosea", "Shibori Egao", "Showa-no-sakae", "Shuchuka", etc.

"Camellia saluenense".- Es originaria del suroeste de China y destaca por su resistencia al frío. Florece de enero a abril y se emplea en hibridación para obtener variedades, algunas muy difundidas y cultivadas.

"Camellia sinensis".- Es una planta de climas templados o tropicales que se emplea para la producción de té. Las variedades más utilizadas son la assam, "C. sinensis assamica" y la planta de China, "C. sinensis sinensis" ó cruces de estas dos. Son arbustos o árboles pequeños, de hasta 15 m. en estado natural, pero que generalmente, se podan para que no sobrepasen los 2 m. de altura. Las hojas son de 4-15 cm. de longitud y 2-5 cm. de ancho, las más viejas de color verde oscuro, las más tiernas de color verde pálido y con una pubescencia corta en el envés. Las flores, blanco-amarillentas, de 2-4 cm de diámetro y con 7-8 pétalos. Fruto en cápsula con tres semillas negruzcas que al prensarse segregan un aceite.